sábado, 12 de junio de 2010

LA INTELIGENCIA INTRAPERSONAL EN EL AULA:




La inteligencia intrapersonal determina en gran medida el éxito o el fracaso de nuestros alumnos. Desde el punto de vista del profesor es también tremendamente importante porque de ella depende que acabemos el curso en mejor o peor estado anímico.

Para los alumnos es importante porque sin capacidad de auto - motivarse no hay rendimiento posible. Cualquier aprendizaje supone un esfuerzo. El control de las emociones es importante no sólo durante un examen, sino en el día a día. Cualquier aprendizaje de algo nuevo implica inevitables periodos de confusión y frustración y de tensión. Los alumnos incapaces de manejar ese tipo de emociones muchas veces se resisten a intentar actividades nuevas, por miedo al fracaso.

Desde el punto de vista de los profesores no podemos olvidar que en muchos países los enseñantes son una de las profesiones con mayor índice de enfermedades mentales como la depresión. Si nuestros alumnos pasan por periodos de frustración y tensión, ¿qué no decir de nosotros, los profesores?

A pesar de su importancia la inteligencia intrapersonal está totalmente dejada de lado en nuestro sistema educativo.

La inteligencia intrapersonal, como todas las demás inteligencias es, sin embargo, educable.

Algunos sistemas escolares incluyen periodos lectivos (como las horas de tutoría) en los que trabajar la inteligencia intrapersonal. Además hay asignaturas, como las lenguas, en las que se pueden incluir fácilmente actividades dirigidas a potenciar la inteligencia intrapersonal.


Formas de reconocer la inteligencia personal en nuestros estudiantes:

• Saben conocerse así mismo, de acuerdo a su edad, y actúan en consecuencia.
• Registran sus sentimientos y reflexiones acerca de sus pensamientos y su conducta.
• Tienen buen manejo de sus emociones,
• tanto para expresarlas como para inhibirlas
• y subordinar los impulsos a los valores
• Son pensativos, suelen contactarse con su mundo de ideas.
• Si la autoconfianza es realista, pueden tener ideales acordes a sus posibilidades de logro.
• Conocerse les permite descubrir qué necesitan.
• Al ser empáticos consigo mismos pueden serlos con los demás.
• Pueden estar solos, y hasta disfrutar
• de la soledad.

Sugerencia de actividades:
Una de las metas primordiales de la educación es el desarrollo de la autoestima del niño, que abarca los sentimientos que tiene acerca de sí mismo, incluyendo el respeto y la autovaloración. Para ello debe aprender a sentirse valioso, digno de ser amado, competente y capaz de aportar algo a los demás.
Para ello los padres deben crear una atmósfera de calidez y contención de los impulsos primarios del niño, crearle un clima democrático pero firme, protector y que le brinde seguridad.
Una educación que fomente la autoestima debe abarcar estos elementos:
Equidad:
Donde se crece sabiendo que se tienen derechos y obligaciones, y que los demás también los tienen.
Sentido de comunidad:
Se debe buscar el compartir propósitos comunes, en un ámbito positivo, significativo y enriquecedor.
Participación:
Es importante que le niño colabore con los padres y hermanos en actividades comunes como la limpieza del hogar, realizar la siembra de plantas y cuidarlas, hacerse cargo de una mascota, etcétera, ya que participar lo hace sentirse parte de un grupo, interrelacionado con éste y sabiéndose capaz de aportar algo.
Formación de grupos cooperativos:
Es importante hablarle y enseñarle al niño a convivir con otras culturas, por lo menos conocerlas y no juzgarlas de antemano y participar con personas de otros grupos además del familiar para no limitar su abanico de posibilidades sociales.
Procesos de aprendizaje activo:
Propiciar la discusión de problemas y búsqueda común de soluciones, discusión sobre éstas y la adaptación adecuada de alguna de ellas.
Algunos de los recursos para promover la autoestima y la capacidad de reflexión intrapersonal pueden ser los círculos de elogio, donde los miembros del grupo, ya sea familiar, escolar o entre amigos dice un elogio de cada uno de los integrantes y posteriormente se abre la dinámica para comentar lo que ahí se habló.
Es importante el reconocimiento individual de los aspectos positivos que tiene un niño o un adolescente, pero hay que tener la sensibilidad suficiente para saber si éste prefiere que se lo digan en forma privada o pública. En la medida de lo posible, es importante que el elogio se brinde cuando se ha realizado con habilidad un trabajo, por ejemplo, ayudar a la limpieza del hogar. Es importante elogiar pero sin exagerar, ya que puede resultar contraproducente.
Se deben mantener expectativas altas para cada uno, apoyando en el logro de metas pequeñas pero conducentes al lugar esperado, haciendo comentarios como “lo ves, tú puedes hacerlo”.
El niño debe aprender poco a poco a reconocer qué cosas le gustan y cuáles le disgustan, reconocer sus preferencias y cómo éstas se diferencian de los sentimientos.
La capacidad de reflexionar sobre los propios sentimientos y pensamientos es otra de las metas importantes de la educación y en la que se emplea de lleno la Inteligencia intrapersonal: “pensar acerca del pensamiento”, es un aspecto del metaconocimiento y en ello interviene la autoconciencia de cómo somos y cómo reaccionamos, cuál es nuestro estilo para realizar los trabajos, nuestra perseverancia en alcanzar las metas, la capacidad para asumir riesgos, cómo y en qué concentramos la atención.
Implica practicar la autoobservación y adquirir una conciencia más sutil de nosotros y de nuestro comportamiento, porque conociéndonos tenemos mayor posibilidad de superarnos.
Los padres deben estar conscientes de que enseñar a reconocer sentimientos y crear un ambiente de aceptación para que los miembros de la familia puedan expresarlos, es tal vez una de las metas más difíciles de lograr: se puede permitir expresar el enojo, pero es necesario enseñarles que esta expresión debe tener límites que no vulneren la seguridad y el derecho de los demás.
Con la maduración y un clima afectivo y comunicativo adecuados, el niño aprende a poner nombre a sus sensaciones y distinguir cuando está nervioso, aburrido, triste, alegre, tranquilo, esperanzado, etcétera, y relacionar qué situaciones están ligadas a determinados sentimientos, por ejemplo: inquietud ante un examen si no he estudiado bastante, cuando oigo determinado tipo de música me relajo, o cuando oigo otra música necesito mover mi cuerpo y bailar.
Al llegar a la adolescencia muchos chicos y chicas se interesan en escribir su diario personal, lo cual puede ser una señal de que han entrado al mundo de la reflexión, de la interacción social, de la necesidad de saber qué se siente y de vivir y manejar esas sensaciones.
Ayudarlos a reconocer sus cualidades y poderlas decir en voz alta, ayudarlos a reconocer que los errores y fracasos son parte de la vida y que sirven como aprendizaje y siempre darles la oportunidad de enmendarlos, es reforzar sus capacidades intrapersonales y utilizarlas en su propio provecho.
Desde luego que en la formación de este tipo de inteligencia, el factor más importante es la propia autoestima que los padres y adultos que los rodean tengan sobre sí mismos, pues los pequeños se fijan más en lo que hacen que en lo que dicen y los toman como modelos.
Cuando la inteligencia intrapersonal se halla bien desarrollada, el autoconocimiento consiste en anteponer un funcionamiento más armonioso de la comunidad a los propios intereses. En el cultivo del altruismo y la interacción generosa con los demás, tenemos más aprecio de nuestra identidad; y al saber con más conciencia quienes somos, podemos contribuir a su vez al perfeccionamiento de los demás.
Howard Gardner postula que nuestro sentido del ser es resultado de la fusión del propio conocimiento interpersonal e intrapersonal y propone que ambos se encuentran indisolublemente vinculados: sólo a través de la relación con los demás, un individuo puede alcanzar el conocimiento de su yo.
Los alumnos con predominio en la Inteligencia Intrapersonal aprenden mejor:

• Trabajando y estudiando en forma individual.
• Investigando con autonomía.
• Experimentando por sí mismos.

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